Glòria G. Simó

Terapeuta diplomada en el Sistema Floral del Dr. Bach. Life Coach. Escritora. Emprendedora.

La tank top… ¿La chica mala de la underwear?

Marlon Brando en la mítica A Streetcar named Desire también luce una sufrida camiseta de islillas (por aquello de los sobacos), camisilla (Colombia), franelilla (Venezuela), bivirí (Perú), musculosa (Argentina)… o sea, Brando, lleva muy bien colocada una “camiseta de asillas” de toda la vida que, a causa de un puñado de prejuicios rancios y estereotipos xenófobos o sociales no ha estado nunca exenta de polémica y, desafortunadamente, también es conocida como wife-beater o ‘apalea-esposas’ y shooter shirt o ‘camisa de tirador’ en EE.UU.

Pero… de hecho… ¿A quién no le han metido sus padres, de peque, una camiseta interior de tirantes debajo del jersey de manga corta para salir a jugar y desudarse sin coger frío? o… ¿Quién no se ha puesto nunca una tank toptank shirtA-shirt… de estas de algodón o canalé que se venden como auténticamente masculinas? Yo… ejem… ¡sí! Y, además, al apoderármela, descubrí que la camiseta en cuestión se ve que tiene tanta historia como años lleva en las cómodas de medio mundo.

El nombre de tank top o tank shirt se remonta a los felices años 20 del siglo pasado cuando la pieza ni tan solo era llevada por hombres, sino que la estrenaron, como parte superior del traje de baño, unas nadadoras del equipo olímpico británico de 1912 que ya fueron tildadas de desvergonzadas por dejar ver sus brazos desnudos. De aquí proviene el nombre tank puesto que, antiguamente, las piscinas solían considerarse ‘tanques’ contenedores de agua y top porque la pieza cumplía las características de ‘no tener mangas’ y dejar los hombros al descubierto. 

La prenda de baño fue evolucionando y, en la década de 1930, la empresa estadounidense Cooper’s Inc. tuvo la idea de modernizar la ropa interior masculina de una sola pieza típica de los westerns y confeccionar unos calzoncillos que dejaban las piernas al aire y eran totalmente ‘independientes’ de la parte superior del cuerpo. Cooper’s los bautizó como Jockey brief y revolucionaron el mundo underwear (ropa interior) para hombres encaminándose hacia las piezas ‘Y-Front’ que daban libertad de movimiento garantizando soporte a la entrepierna masculina y, a continuación, diseñando también una ropa interior para la parte superior del cuerpo a juego con los nuevos shorts para hombres: la camiseta blanca sin mangas de algodón acanalado conocida como A-shirt (athletic shirt) o camiseta atlética/deportiva que se introdujo en el mercado con la estrategia del ‘apoyo’ de grandes atletas del momento. La camiseta fue principalmente, por aquel entonces, utilizada como ropa interior para hombres estadounidenses de clase alta.

Como curiosidad, estudiosos de la moda, explican que los italianos, con su gusto por la ropa y su fama de dandis, popularizaron las tank shirt en Estados Unidos ya que solían llevar una camiseta interior bajo su mejor camisa para que les empapara el sudor y así no dejar rodales ni manchas que la afearan y, en verano, en las calles bochornosas de New York, la llevaban a menudo como prenda única para estar más frescos o para ocuparse de tareas físicas. Cabe mencionar que los migrantes italianos en USA también tienen que soportar muchos clichés sobre su temperamento, su modo de pensar y su manera de socializar.

Y a partir de aquí, quizá te preguntarás cómo es que allí durante tantísimos años ha sido apodada wife-beater… Pues bien, aquí empieza un batiburrillo de historias que me conducen hasta el Instituto Tecnológico de la Moda de New York, a la famosa obra Un tranvía llamado deseo y a su modista y jefa de vestuario que un día, dirigiéndose hacia el trabajo, se fijó en la ropa de unos albañiles que encontró muy conveniente para el personaje que Brando representaría en el teatro: jeans repletos de barro y tan mojados que se ceñían escandalosamente al cuerpo. La estilista y el actor decidieron combinarlos con una tank top que Brando rasgó con el objetivo de hacer aún más viril y sexual su imagen y… Voilà! Nacía el look proletario del migrante Stanley Kowalski de Tennessee Williams que, persiguiendo el sueño americano, con la camiseta sudada y machucada y haciendo un buen uso de su carácter machista y violento, humilla y maltrata esposa y cuñada ante la mirada embobada y fascinada de un público que acabaría llenando no tan solo aquel teatro neoyorquino sino las salas de cine de todo el mundo. 

A continuación, un sinfín de realidades sociales sesgadas y un buen puñado de camisetas lucidas en las películas por Mario Vitale en Stromboli, Terra di Dio, Warren Beatty en Bonnie & Clyde, James Caan en The Godfather (El Padrino), Robert de Niro en Taxi driver, Stallone en Rocky, Bruce Willis en Die Hard (La jungla de cristal), Edward Norton en American history X, Hugh Jackman en Wolverine (Lobezno) y un largo etcétera de hombres que destacaban por su condición social, carácter, conducta, nacionalidad, peculiar ocupación o por las actividades criminales que desarrollaban, acabaron de ‘estigmatizar’ la prenda de ropa que algunos encuentran estéticamente tan horrorosa como prescindible y otros ideal para lucir músculo y ‘discretamente’ marcar pezones y tableta.

Por si fuera poca toda la carga simbólica comentada hasta ahora, la indumentaria que llevan algunos criminales cuando aparecen en los noticiaros y gran parte de los detenidos por altercados ‘domésticos’ (violadores, acosadores, delincuentes, francotiradores, asesinos…) en el reality show estadounidense COPS suele contar también con una camiseta de estas características y eso hace que se asigne fácilmente un comportamiento del todo estereotipado al resto de sus propietarios.

Además, esta prenda también acostumbra a estar asociada a la cultura bro que bajo el lema ‘bros before hoes’ (los hermanos antes que las putas) viene a ser una especie de ‘fraternidad’, de agrupación de amigos muy machistas y muy machotes, predominantemente blanca, hetero, homófoba, camisa Oxford y calzado náutico nine to five (típico horario laboral USA), el ala de la gorra tipo baseball en la nuca y A-shirt y zapatillas deportivas en su tiempo libre, que se siente fuerte y potente moviéndose en comportamientos extremos que suele grabar con su iPhone: maltrato sistemático y cosificación de la mujer, violencia, consumo de alcohol y otras drogas, intoxicación social a través de la difamación, intimidación, vejación, acoso sexual a mujeres y laboral a hombres, o ‘el todo vale’ a cualquier precio que después es celebrado y aplaudido por toda la congregación de ‘hermanos de juergas’. 

En fin… Después de todo esto y, por los alrededores, verla en La pêche aux thons (La pesca de los atunes) bajo el pincel de Dalí, bien planchadita en algunos posers o chulo-playa, en muchos híper-machos, culturistas y toda la pesca… Menos mal que los catalanes, con mucho más glamour, la bautizamos como camiseta imperio —eso sí, desde la Italia del dictador Mussolini y su perverso afán de rememorar al Imperio Romano— y siendo el outfit (indumentaria) ocasional de una servidora, Sarah Connor en Terminator, Lara Croft en Tomb Raider y algunas otras potentes féminas, le damos otro aire, le hacemos tomar más virtuosa y elevada connotación… 


, , ,