Glòria G. Simó

Terapeuta diplomada en el Sistema Floral del Dr. Bach. Life Coach. Escritora. Emprendedora.

Ghee, el hermano sano de la mantequilla (Parte I).

Hace unas semanas recibí un mail de S. M. y no es por desmerecer a nadie, pero tristemente no se trataba de un mensaje de ninguno de los tres Reyes Magos y, afortunadamente, ¡que nadie se emocione y sobre todo que ningún republicano deje de leerme! 😉, no era un mail del rey de España ni del emérito. En realidad, se trataba de un lindo mensaje de una lectora de nacionalidad caribeña, Sara Mariona, cuyo contenido parcialmente desvelaré en este post con fines meramente ilustrativos. 

Sara Mariona elogiaba mi OHANAMI y aprovechaba tan indiscutiblemente placiente y divina —sobre todo para mi ego— ocasión para lanzar una cuestión al aire: “Glòria, además quería decirte que me he fijado en que Jillian cocina un me imagino que estaría delicioso salmón y para guisarlo saltea unos granos de pimienta verde en ghee y la verdad es que, al leerlo, esto del ghee despertó mi curiosidad porque no tenía ni idea de que esta jama(alimento, en Centroamérica) existía […]”.

Así que, dado que me ha parecido interesante desentrañar el misterio de tan riquísimo manjar… Entro a escribir este más que saludable, curioso y delicioso post… ¡con sorpresita final incluida! 🤗 Te aseguro que, si eres fan de la mantequilla y te retienes de comerla por miedo a las grasas saturadas, a engordar o al colesterol, ya me confirmarás si el ghee es o no es su hermano sano cuando acabes de leerme… Eso, claro, si es que antes no te has ido corriendo a pillar una tostada para untártela y ponerte hasta el Q-lo 😂🤣 de ghee.

Y bien… ¡Allá voy! Dedicado a mis lectores y lectoras allende los mares, a todos los que están un poco más cerquita y, ya que mi pensamiento se fue hacia a ellos cuando recibí el mail de Sara Mariona, dedicado también a SS. MM. los tres Reyes Magos —aunque ya te digo yo que, viniendo de Oriente y siguiendo tan hermosos 🤩 después de 2000 años, serán buenos conocedores de las virtudes del ghee.

Si eres una de las personas a las que no les suena de nada o una de aquellas que ha oído hablar recientemente del Ghee(Ghrita, en sánscrito) y te parece que es un invento moderno sacado de la mente de algún fanático 😉 de la tan de moda dieta Keto(↑grasas saludables y proteínas ↓carbohidratos), debo explicarte que el ghee ya es citado por sus propiedades como ‘potenciador de la cognición y la memoria, rejuvenecedor, favorecedor de la longevidad, afrodisíaco y protector contra las enfermedades’ en el texto ayurvédico del siglo XVI Bhavaprakash y, debido a su magnífico valor nutritivo, su aroma y su textura, desde la prehistoria es utilizado en los ritos religiosos indios, en la cosmética y en la cocina, siendo considerado un ‘alimento-medicamento’, un Rasayana(esencia que te lleva al camino, a la consecución del rejuvenecimiento desde dentro) con más de 1000 beneficios para la salud, el ‘Ombligo de la Inmortalidad y la Lengua de los Dioses’ según los textos védicos y la Ayurveda(Ayur=Vida, Veda=Conocimiento) —la medicina tradicional de India, practicada desde hace más de 5000 años, basada en un sistema para potenciar la salud y el bienestar que incluso ha sido reconocido por la OMS como sistema médico.

Y es que el ghee no es una mantequilla común, ni tan siquiera una mantequilla clarificada, sino que el Ghee ayurvédico es mucho más que eso, es un extraordinario producto obtenido a partir de la leche de vacas criadas en libertad, sin sufrimiento, que pastan en naturales y verdes prados0, que se transforma en mantequilla y, a continuación, se cocina a baja temperatura y muy amorosamente durante un buen ratito a fin de separar de ella los hidratos de carbono —lactosa—, las proteínas —caseína—, todas las impurezas y el agua. Y lo que queda después de seguir metódicamente este proceso de elaboración es el ghee, pura y nutritiva grasa, una de las más saludables que existen porque podríamos decir que es parecida a la grasa del cuerpo humano y, en nuestro cerebro, ¡no lo olvidemos!, la grasa representa alrededor del 60% de su masa y para que sus membranas celulares continúen siendo flexibles debemos aportarle ácidos grasos de calidad, en concreto AGPI(ácidos grasos poliinsaturados): Omega-3 (especialmente EPA y DHA)1 y Omega-6 (especialmente el ácido gammalinolénico(GLA) y el araquidónico(AA)) cuyos precursores, el ácido alfa-linolénico(ALA) y linoleico(LA), se consideran AGE(ácidos grasos esenciales) porque el organismo los requiere para su normal funcionamiento y no se pueden sintetizar de manera endógena —deben obtenerse a través de la ingesta—, y se los debemos proporcionar con nuestra alimentación diaria porque son fundamentales para la cognición, el rendimiento intelectual, la gestión emocional y el desarrollo correcto de la función cerebral. De todo ello se desprende que los ácidos grasos en tu dieta pueden promover y favorecer determinados cambios cognitivos y neurofisiológicos en tu organismo. Asimismo, debes tener en cuenta que el cerebro consume más del 20% de todas las grasas que ingerimos en un día y nuestro sistema nervioso depende completamente de ellas, incluido el famoso colesterol2.1 —¡vas a alucinar cuando sepas que el colesterol representa un 2% del peso del cerebro, está asociado a la buena salud neuronal y es esencial para la formación de vesículas sinápticas, la remodelación de las membranas y nuevas conexiones!— un esterol indispensable para la correcta transmisión neuronal, precursor de la mielina, de las hormonas esteroideas y de la vitamina D que, metidito entre los fosfolípidos, forma parte de la membrana plasmática celular y representa entre un 25-50% del total de su grasa; científicamente ya se han asociado niveles muy bajos de colesterol al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.

Además, se calcula que aproximadamente un 35% de la energía total que necesita el organismo para desarrollar su actividad diaria deben aportarla los ácidos grasos, adecuadamente equilibrados y proporcionados entre saturados, monoinsaturados y poliinsaturados. ¡Y te asombraré todavía más! 😳 Contrariamente a la creencia popular que sostiene que el cerebro necesita unas cucharaditas al día de azúcar2.2 para funcionar bien, estudios científicos recientes llevados a cabo para prevenir y combatir el Alzheimer han demostrado que el mejor combustible para el cerebro no es la glucosa sino las cetonas3 y, casualmente, las cetonas son producidas por tu hígado cuando metaboliza la grasa sana —no el azúcar— y la convierte en energía. Y es que tu cerebro… ¡adora la grasa! porque, ¿recuerdas?, también la necesita para realizar correctamente sus funciones sinápticas o de conexión entre neuronas —la superficie desplegada que ocuparía la actividad celular cerebral sería de unos 25.000m2 con más de 180.000Km de vías neuronales, y nuestro cerebro es fundamentalmente ‘graso’ porque la fluidez y la velocidad son elementos fundamentales en su funcionamiento y la grasa es una buena conductora del impulso nervioso. 

Lo sé… parece que me estoy yendo por las ramas… pero… ¡no!, al contrario, verás… Cuando reduces el consumo de azúcar y carbohidratos —estudios recientes sobre el Alzheimer demuestran que pueden dañar la estructura cerebral, alterar la función cerebral respecto a la memoria y atrofiar el hipocampo, vinculado con la formación, organización y almacenamiento de recuerdos; el organismo los convierte en glucosa para utilizarla como energía— a favor del consumo de grasas saludables, aparecen las cetonas —el organismo las produce cuando está convirtiendo la grasa en energía— que, al movilizarse, ‘queman’ la grasa ‘acumulada’ para que sea utilizada como ‘gasolina’… ¡Y de saludable la grasa ghee ayurvédica lo es un rato! Te lo explico… Entre otras maravillas que más adelante te enumeraré, el ghee es muy rico en TGCM (triglicéridos de cadena media) que se absorben muy rápidamente y se convierten en cetonas(Ketones>Keto), esta fuente de potentísimo combustible que el cuerpo no puede guardar ‘a modo de grasa’ —a diferencia de la glucosa, el exceso de la cual se acumula en el tejido adiposo— sino que ‘consume grasa’ y va directa a aportar energía instantánea al cerebro. Ahora te haré alucinar 😳 de nuevo: ¡1gr. de grasa libera 6 veces más energía que 1gr. de azúcar!

Para la Ayurveda, el intestino es el lugar de residencia del Vata(Sistema Nervioso) y, por tanto, no es de extrañar que esta medicina ancestral siempre haya relacionado la salud intestinal con la estabilidad emocional y un sistema nervioso saludable. En Occidente, quizá durante los últimos años, hayas escuchado a algunos científicos referirse a los intestinos como ‘el segundo cerebro’ y es que hace relativamente poco tiempo han descubierto que el tejido que reviste el estómago y el sistema digestivo, al igual que el corazón —lo de Alejandro Sanz y el 💔 es literal—, tiene su propia red neuronal —en tu intestino hay 200 millones de neuronas, muchas más que en tu espina dorsal— y está gobernado por el  llamado SNE(Sistema Nervioso Entérico) que, a modo de delegación del SNA(Sistema Nervioso Autónomo) y a través de sus sistemas simpático y parasimpático, se comunica directamente con tu SNC(Sistema Nervioso Central) y así, permanentemente y de modo bidireccional, con tu cerebro en el hasta hace poco conocido como Eje Intestino-Cerebro.

Corazón Partío, Alejandro Sanz.

Sí, sí, lo que oyes… Tu tracto gastrointestinal piensa por sí mismo, es muy sensible a tus emociones y, por si se le hubiera pasado algo por alto, al ser íntimos amigos, se lo casca todo a tu cerebro-computadora-que-procesa-todos-los-datos y viceversa… ¿A ver de dónde crees tú que provienen las sabias expresiones populares  ‘no digerir lo ocurrido’, ‘tener un nudo en el estómago’, ‘revolverse las tripas’, ‘k-garse de miedo’ , ‘no tragar a esa persona’, ‘solo de pensarlo me dan arcadas’…? Para acabar de sorprenderte te diré que, al contrario de cualquiera de los demás órganos del cuerpo, tu intestino puede ‘funcionar’ solito porque goza de autonomía suficiente para ‘tomar decisiones’ sin esperar a acatar las órdenes del cerebro —la mucosa intestinal4 está inervada por centenares de miles de neuronas del Sistema Entérico y del parasimpático y simpático del SNA— porque las ramas aferentes(llevan sangre e impulsos eléctricos) hepática(del hígado) y celíaca(de los intestinos) del nervio vago pueden detectar estímulos mecánicosy químicosproducidos por las bacterias intestinales y transmitir estos mensajes directamente al cerebro, motivo por el cual las bacterias —te desvelo que van a convertirse en las intrépidas telegrafistas de este film de intendencia, mensajes cifrados y aventuras intestino-nerviosas— que residen en tu flora o microbiota intestinaltienen mucho que ver al respecto porque de ellas dependerá el mensaje a transmitir al cerebro y viceversa —actualmente se han dinamizado los estudios científicos que tratan sobre los microorganismos que pueblan los intestinos, su relación simbiótica, su equilibrio, y el impacto y los efectos que estas poblaciones puedan tener sobre patologías mentales como la depresión, el trastorno bipolar, el estrés, la ansiedad, el TDAH, el autismo y las enfermedades neurodegenerativas; en relación a esta sensibilidad-emocionalidad del intestino y su manifestación en el pensamiento-comportamiento, tan solo apuntar que el Dr. Edward Bach, cirujano, bacteriólogo y patólogo inglés, descubridor y creador del Sistema Floral que lleva su nombre, ya en los inicios del siglo XX, buscando el origen de la enfermedad —por si tienes curiosidad, te informo de que no lo encontró ahí—, analizó la composición bacteriana de los intestinos de sus pacientes y estableció una relación directa entre su personalidad y las enfermedades crónicas que les aquejaban dando lugar a sus aún vigentes vacunas homeopáticas(los 7 nosodes).

Otro dato interesantísimo para que vayas reflexionando sobre la —para la ciencia moderna— ‘recién’ descubierta neuroactividad de tu microbiota es que… ¡Una persona adulta cuenta con unos 30 billones de células en todo su organismo y su intestino contiene nada más y nada menos que alrededor de 40 billones de bacterias! ¿Cómo se ta quedao el cuerpo serrano? 😉El mío… te aseguro que las va a poner al currelo… ¡o sí o sí! 😂🤣 Por si esta avalancha de datos y jugosa información te pareciera poco asombrosa, se ha calculado que alrededor del 70% de las células de tu Sistema Inmunológico residen en el intestino por lo que si padeces de problemas intestinales puedes ser una persona más vulnerable y propensa a contraer virus o infecciones; además, el sistema inmune asociado al intestino a través del sistema linfático o GALT analiza minuciosa y constantemente todo lo que comes por si entran agentes patógenos a los que se debe aniquilar… Y ahora… ¡alucina!, porque también se ha descubierto que la microbiota tiene una destacada influencia en la generación de dopamina —ya hay evidencias de que se sintetiza en el intestino; está involucrada en la regulación del placer/recompensa, la relajación, la motivación y la conservación de los recuerdos— y el 95% de la serotoninase fabrica en el intestino y, a través del nervio vago y del sistema circulatorio, participa en los intercambios de información que se producen en el Eje Intestino-Cerebro, con lo que podemos llegar a comprender que ya no es solamente que ‘el hombre es lo que come’ sino que parafraseando a la célebre —y erróneamente adjudicada a Hipócrates— sentencia del filósofo alemán Ludwig Feuerback, visto lo visto y según mi criterio, también vamos a pensar y a comportarnos según lo que comamos, ¿no crees?

Bien, a lo que íbamos… Seguimos con esta particular masterclass de bromatología, microbiota y sistema nervioso, de la mano del hermano sano de la mantequilla… 

El ghee ayurvédico —esta medicina reconoce 8 tipos de ghee según la procedencia animal de la leche y considera las prescripciones con ghee añejo de vaca las más potentes y beneficiosas— o proveniente de pasturas naturales  es un alimento rico en energía y en ácidos grasos esenciales(AGE) —linoleico(LA) y araquidónico(AA)—, omegas, carotenoides y vitaminas liposolubles A, D, K y E, vitaminas B, magnesio, calcio, antioxidantes, fosfolípidos y factores promotores del crecimiento. También aporta componentes como el CLA9 —las vacas alimentadas con pasto producen hasta 500 veces más que las alimentadas con pienso—, la esfingomielina10 y el ácido butírico, con contrastado potencial antiinflamatorio y antioxidante —neutraliza la acción de los radicales libres.

Su contenido en AGCC(ácidos grasos de cadena corta) que son producidos en el colon o intestino grueso a causa de la fermentación de la fibra por parte de la microbiota —ácido acético, propiónico y butírico— hace que el ghee se considere muy beneficioso y superior en calidad a otras grasas.

Contiene AGCM(ácidos grasos de cadena media) y TGCM(triglicéridos de cadena media) —son más hidrosolubles que los de cadena larga AGCL y apenas estimulan las secreciones biliares, no se incorporan a los quilomicrones11 y no participan de manera directa en la lipogénesis12, incrementan el efecto termogénico13 de los alimentos y en su metabolización elevan la formación de cuerpos cetónicos y su efecto saciante— de gran valor para el organismo que, si el enterocito no utiliza con fines energéticos, se disponen para viajar directamente por el torrente sanguíneo vía vena porta —su velocidad es 250 veces superior a la del flujo linfático— al hígado que los absorbe directamente, sin ‘sobrecargarse’ de trabajo, los oxida o ‘quema’ para suministrar energía a gran rapidez y, convertidos en cuerpos cetónicos, se dirigen a cualquier parte del cuerpo que necesite este punch(en boxeo: golpe potente) energético; en definitiva, se digieren, absorben y metabolizan tan rápidamente como la glucosa pero sin estimular la secreción de insulina ni alterar la glucemia. El ghee también cuenta con AGPICL(ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga) nutricionalmente muy preciados para el organismo. Además, su contenido en ácidos grasos de cadena impar —concretamente el pentadecanoico y heptadecanoico, que abundan poco y únicamente se sintetizan en el rumen14 de los rumiantes— hace que la ingesta del ghee esté asociada a una disminución del riesgo de diabetes y de enfermedades coronarias y cardiovasculares.

El ghee ayurvédico, como te comentaba unos párrafos más arriba, resulta también una muy buena fuente de CLA con demostrado efecto antidiabético, en la reducción de la adiposidad, en la mejora de la acción de la insulina y en la transducción de la señal músculo-esquelética. Asimismo su contenido en LA(ácido linoleico) disminuye los mediadores15 en procesos como la inflamación y las reacciones alérgicas.  En concreto, su contenido en AA(ácido araquidónico)  —ácido graso esencial poliinsaturado con importantes funciones metabólicas y reguladoras que forma parte de las membranas celulares y es un precursor de numerosos mediadores inflamatorios— disminuye la secreción de leucotrienos —mediadores lipídicos de la inflamación que se generan en las células mieloides y participan en procesos que dañan órganos y tejidos; suelen ir acompañados de la producción de histamina y prostaglandinas— y previene las complicaciones de la enfermedad diabética, aterosclerosis y problemas cardiovasculares. 

Respecto al ácido butírico contenido en el ghee y a sus beneficios a nivel físico, mental y emocional podría escribirte una enciclopedia, pero me daré por satisfecha comentándote cuatro cosillas y dándote un truquito ayurvédico para tener un sueño reparador y, a la mañana siguiente, afrontar tu día activa y asertivamente… El butirato es la fuente preferida de energía para los colonocitos, da apoyo a la asimilación de nutrientes y la eliminación de desechos como funciones clave de la digestión, estimula la microbiota neuroactiva y, llegados a este punto, en esta trama de aventuras y mensajes cifrados vía Eje Intestino-Cerebro, está claro que vuelven a tomar protagonismo ‘ellas’, las telegrafistas que habitan a lo largo y ancho de tu intestino, que se nutren de lo que ingieres y a las cuales, para asegurar su integridad y no comprometer la seguridad nacional de tu organismo, debes proporcionar la intendencia adecuada para que estén rodeadas de una muy diligente fibra insoluble16 que limpie los recovecos de tus paredes intestinales y así puedan tranquilamente fermentar en el colon  las cantidades adecuadas de fibra soluble y MAC17 —¡atención!, no tienes que comerte tu computadora ni tu laptop marca Apple, ¡no!, eso solo utilízalo para leerme y aprender a gozar de una vida sana y disfrutona— porque, al fin y al cabo, dependiendo de la calidad de tu ingesta transmitirán un u otro mensaje a tu cerebro para que actúe en consecuencia. Así, las ‘operadoras técnicas’, estas telegrafistas protagonistas indiscutibles de la trama Intestino-Cerebro generan metabolitos18 que también se convierten en AGCC con incontables beneficios nutricionales, metabólicos, inmunitarios y antiinflamatorios para el organismo.

El butirato es además considerado el más importante de los AGCC para la salud humana, al ser la fuente principal de energía para los colonocitos19 que tienen un importante papel en la absorción de electrolitos20, agua y nutrientes, y no solo participan en la absorción de los AGCC producidos por la fermentación de la fibra, sino que pueden modular el estrés oxidativo e incluso regular la expresión de genes y procesos de inflamación. Adicionalmente, al ácido butírico se le atribuye un papel destacado en la expresión de genes que activan la gluconeogénesis21 intestinal y de este modo se involucra en la regulación de los niveles de glucosa y la homeostasis22 energética; además, induce la apoptosis23 de células malignas o dañadas, actúa como protector del cerebro, previene enfermedades degenerativas, tiene poder antiinflamatorio, mejora la función del sistema inmunológico actuando sobre los linfocitos T o Tregs que controlan las respuestas inmunitarias de partículas extrañas o propias —antígenos— y previenen las enfermedades autoinmunes, contribuye a la producción de la mucosa, regula su pH y mantiene la impermeabilidad de la pared intestinal. Es muy importante señalar que los AGCC como el butirato, el propionato24.a y el acetato24.b —son capaces de atravesar la barrera hematoencefálica, llegar al hipotálamo y regular los niveles de GABA25— son distribuidos al igual que otros metabolitos, hormonas intestinales y neurotransmisores a través del sistema circulatorio y, a su vez, estimulan el nervio vago26 —que no es el más perezoso ni holgazán de todos tus nervios, no, ¡al contrario!; es el más largo, el que más ‘vaga’ por todo el cuerpo y, precisamente por ello, su acción es de vital importancia en aspectos tan fundamentales como la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la digestión, el sueño e incluso el habla.

Si sientes que no descansas por las noches27, tienes tendencia a aumentar de peso28, sufres de estrés psicosocial, ansiedad o nerviosismo ‘sin razón aparente’ y falta de concentración, si te ves flaquear a la hora de tomar decisiones e incluso sientes menoscabada tu determinación durante la jornada… puedes estar haciendo frente a un déficit en la ‘fabricación’ de butirato o, en tu microbiota, contar con muy poquitas bacterias de las que lo fabrican. 💡🧚🏻‍♀️ Take trukito: Tómate una cucharada de postre bien cargadita de ghee antes de acostarte, fundida directamente en tu boca modo chupar-la-cuchara-después-de-sacarla-repletita-de-helado-de-la-tarrina-Häagen-Dazs o disuelta en un vaso de leche ecológica calentita —desnatada o semidesnatada, con un poquito de miel de azahar pura sin filtrar o con nada de miel, con cacao puro o sin, eso ya según prefieras— porque, además de proporcionarte esa clase de seguridad diurna, va a propiciar que tengas calidad de sueño nocturno porque el butirato que contiene el ghee, al absorberse en el intestino, será captado por el nervio vago y lo estimulará, viajará rápidamente hasta el hígado por la vena porta, lo activará en la justa medida generando cuerpos cetónicos saciantes, relajará tu cerebro y te mecerá en los brazos de Morfeo y ya, cuando estés soñando con los angelitos, se iniciará más rauda y veloz tu limpieza glinfática. Y eso… te preguntarás… ¿qué significa? Pues significa que, cuando dormimos, las neuronas siguen despiertas y utilizan las ondas rítmicas de las fases de nuestro sueño para facilitar el movimiento del líquido cefalorraquídeo a través del tejido cerebral —protegido por la barrera hematoencefálica que ha atravesado el butirato que has ingerido— y drenar así, mediante el sistema glinfático —el técnico barrendero del SNC en los mamíferos—, los desechos metabólicos que las neuronas han generado mientras de día estamos despiertitos y no paran de consumir energía para nuestras tareas cognitivas. ¡Ah! Y si tomas mi truquito 💡🧚🏻‍♀️ GHEENOCTURNO con tu vaso de leche 💡¡te quedará ideal si lo emulsionas con una mini-batidora de mano!💡 y le añades una cucharadita de carbonato de magnesio29 en polvo… ¡Perfectísimo! 🧘🏻‍♀️ ¡Ya lo has niquelao!

Porque además de este descanso realmente reparador y del punch cognitivo y asertivo que va a darte esta combinación durante tu jornada, en caso de que padezcas algo de estreñimiento, el suave efecto laxante y antiácido del magnesio sumado al efecto emoliente y limpiador del ghee van a asegurarte que, a la mañana siguiente, hagas una visita puntual y muy eficiente al distinguido —como solía puntualizar mi vecino— Sr. Roca 🚽. Si necesitas más punch para descansar plácidamente, te sugiero mi Formulación 💐😴 DORMIR y si necesitas un extra de punch para afrontar tu día a día asertivamente, te sugiero mi Formulación 💐💪🏻 AUTO-CONFIANZA/AUTO-AFIRMACIÓN.

Y qué te parece si… como estamos en modo baldeo… te doy otro truquito para que puedas gozar con otra virtud ayurvédica del ghee… la de limpiar tu organismo de metales pesados, contaminantes ambientales y pesticidas —se adhieren a él y los elimina junto a todas las toxinas solubles en grasa que se hallan en los tejidos profundos—, liberarlo de la grasa acumulada30 con su correspondiente carga emocional —la Ayurveda sostiene que en las células grasas se almacenan las emociones tóxicas o ‘ama mental’—, y, ya de paso… nutrirte y vitaminarte, ponérselo fácil a tu sistema inmune, favorecer tu capacidad creativa, despejar tu mente, activar tu metabolismo, mejorar tu digestión, tu voz, tu tono muscular, la suavidad de tu piel y la lubricación de tus ojos… ¿Sííí? ¿Te parece bien? Pues… 💡🧚🏻‍♀️Take trukito: Se trata de que cada mañana, en ayunas, tomes un vaso de agua templadita con una cucharada de postre bien cargadita de ghee, el zumo de un limón31 ‘sin colar’, es decir, con toda su pulpita incluida, bien exprimido y estrujando al máximo ‘lo blanco’ del interior y, si lo quieres endulzar un poquito, una pizquita de canela de Ceylán 💡¡te quedará ideal si lo emulsionas en una batidora de vaso o usas una mini-batidora de mano!💡Tómalo sin prisas, en unos cuantos sorbos y, sobre todo, teniendo en cuenta que no debes comer ni beber nada más hasta que haya transcurrido media horita bien buena; es ideal hacerlo a diario, pero si lo prefieres, por ejemplo, puedes establecer una rutina de 3 o 4 días seguidos a la semana. ¡Ah! Si quieres que, nuevamente, te quede todo niquelao, te sugiero que acompañes mi truquito 💡🧚🏻‍♀️GHEELIMONADA con mi Formulación 💐🍋 DETOX. Y así… ¡Vete preparando para experimentar lo mejor de lo mejor!

CONTINUARÁ con la Parte II del post… y no te pierdas… 🤗 ¡la sorpresita final!


0la hierba fresca, las ramitas, las hojitas, las bayas… todos los vegetales que ingiere una vaca criada sin hormonas, sin antibióticos ‘preventivos’ y en libertad, son lo que realmente convierte una leche normal en una leche superior en cuanto a su palatabilidad y calidad nutritiva; por el tipo de nutrientes que contiene, si la vaca no ingiere pasto natural, el ghee deja de ser realmente valioso para el organismo porque no goza de la misma cantidad de ácidos grasos esenciales, omegas, vitaminas…

1EPA es un ácido graso básico para la regulación de la función cerebral en cuanto a la señal celular y al riego sanguíneo neuronal, el correcto desarrollo del cerebro y la vista, y la síntesis de prostaglandinas; se puede convertir en DHA, que es un ácido graso estructural porque forma parte de las membranas celulares; estudios científicos sitúan la mejor proporción entre EPA y DHA en 4:1. 

2.1 en otro post ya te destruiré el mito sobre la supuesta ‘maldad’ del colesterol; 2.2más de lo mismo, pero al contrario: en otro post ya te destruiré el mito sobre el supuesto ‘beneficio’ de las cucharaditas diarias, la ‘necesidad’ y el ‘consumo máximo recomendado’ de azúcar en la dieta.

3las cetonas son combustibles alternativos que fabrica el hígado cuando, ante la escasez del suministro de glucosa, descompone las grasas para utilizarlas con fines energéticos; en las personas sanas aparecen naturalmente durante la noche, el ayuno o las dietas bajas en carbohidratos —cetonas por inanición o nutricionales— y la glucosa en sangre se mantiene normal o baja porque es regulada por el equilibrio exacto de insulina, glucagón —hormona secretada en el páncreas que promueve la degradación de los polisacáridos y los lípidos y se libera en respuesta a la hipoglucemia— y otras hormonas; en estos períodos de ‘inanición’, los niveles de insulina bajos y los de glucagón y epinefrina relativamente normales favorecen la liberación de la grasa del tejido adiposo, que viajará por el torrente sanguíneo hasta llegar al hígado que la procesará para convertirla en cuerpos cetónicos que, a su vez, circularán de regreso por el torrente sanguíneo para ser recogidos por la musculatura y otros tejidos a fin de alimentar el metabolismo del organismo.

4la mucosa intestinal está principalmente formada por enterocitos —células epiteliales que recubren el intestino delgado—, colonocitos —células epiteliales que recubren el intestino grueso o colon— y la microbiota intestinal, que se encuentra bien esparramadita sobre todas estas células epiteliales; ¿sabías que tus intestinos delgado y grueso tienen una longitud de 7m (6m+1.5m respectivamente) y la superficie con más contacto con el medio exterior que tienes en tu cuerpo, aunque pueda parecerte increíble, ni la ves ni la tocas? No es tu piel, no… ¡es la superficie del epitelio intestinal! Sí, ¡tus tripitas! 

por ejemplo la tensión y distensión abdominal.

6hormonas, neurotransmisores, moléculas inflamatorias…

7la microbiota intestinal es el conjunto de unos 10 billones de microorganismos que colonizan el sistema digestivo, entre ellos 1000 especies y 7000 cepas de bacterias; se ha demostrado que una parte de la microbiota es genéticamente heredada, la otra es exclusiva de cada persona y depende de su alimentación, del entorno en el que vive, de los medicamentos que toma, etc.; cabe destacar que empieza a haber evidencias científicas que contemplan cómo las bacterias intestinales podrían estar utilizando minúsculas secciones de código genético o micro-ARN para modificar el funcionamiento del ADN en las células nerviosas; existen también familias de bacterias que tienen la capacidad de modular la expresión del factor neurotrófico derivado del cerebro o BDNF —por sus siglas en inglés— un factor de crecimiento esencial en procesos como la neurogénesis, la proliferación, la diferenciación y supervivencia de las neuronas, el establecimiento de contactos sinápticos e incluso un factor clave que logra evitar la muerte neuronal en caso de accidente cerebro-vascular; por todos estos motivos las bacterias que, desde la microbiota, incrementan los niveles de BDNF resultan fundamentales para la prevención y reversión del deterioro cognitivo, el TDAH, los trastornos autistas, etc.; el correcto estado y equilibrio de la microbiota —eubiosis— o su desequilibrio —disbiosis— condiciona el correcto funcionamiento de mecanismos como el de control de saciedad, homeostasis de la glucosa y la insulina, estado de inflamación y formación de placa de ateroma, etc.; la microbiota es una aliada defensiva de primera línea que, al alimentar a enterocitos y colonocitos, promueve la producción de moco intestinal, lo cuida degradando el moco viejo, proporciona este desecho a los microorganismos que se alimentan de él para que creen más butirato, produce bacteriocinas —sustancias antimicrobianas— para evitar que los agentes patógenos colonicen las mucosas sanas y, además de todo esto, al competir sus microorganismos entre sí por nutrientes y espacio, logra crear una barrera que impide que las bacterias dañinas atraviesen la pared intestinal, la permeabilicen frente a sustancias nocivas y se dirijan al torrente sanguíneo desequilibrando el sistema inmunológico y dando lugar a infecciones, respuestas inflamatorias, pésima absorción de nutrientes, etc.; a nivel neuroendocrino, relevantes estudios han demostrado que un desequilibrio entre poblaciones microbianas —disbiosis— junto al incremento de la permeabilidad de la pared del intestino genera alteraciones en la secreción hormonal que, por ejemplo, pueden sobreestimular el Eje Hipotálamo-Hipófisis-Adrenal provocando estrés: ↑ fecalobacterias y ↓ bífidobacterias = ↑ liberación masiva de cortisol —principal hormona de respuesta ante el estrés.

8la serotonina es un neurotransmisor modulador del eje cerebro-intestino que tiene una función fundamental en la gestión del comportamiento emocional, socio-afectivo, la ansiedad y el miedo; modula el estado de ánimo, el sueño, el equilibrio psíquico y la cognición; en el intestino, regula la secreción, motilidad y sensibilidad; la microbiota alberga bacterias capaces de incrementar su síntesis, y el recuento bajo o el déficit de esta población bacteriana está relacionado con una mayor prevalencia de trastorno bipolar, depresión, ansiedad, fobias, etc.; científicos chinos han evidenciado que en los pacientes con SII —síndrome del intestino irritable— existe una correlación entre la desregulación del metabolismo del L-triptófano —aminoácido esencial precursor de su síntesis en el intestino— y la propia serotonina, y la coexistencia del trastorno depresivo severo; en un curioso estudio, investigadores del University College Cork, en Irlanda, obtuvieron unos resultados asombrosos que evidenciaron científicamente que un desequilibrio en la microbiota intestinal podía causar depresión: transfirieron microbiota de pacientes diagnosticados como deprimidos a ratas de su laboratorio y observaron como ellas empezaban a sufrir los síntomas de la enfermedad, incluyendo la anhedonia característica de las personas profundamente deprimidas —incapacidad de sentir placer; las ratas dejaron de recurrir al consumo de lo que, en su estado normal, les proporcionaba tanto deleite: el agua azucarada.

9CLA o ácido linoleico conjugado; se trata de un ácido graso poliinsaturado, nutriente orgánico 100% natural, que el cuerpo necesita pero no crea, por tanto, debemos sintetizarlo a partir de la alimentación. Es el encargado de absorber células grasas saturadas actuando sobre la lipoproteína lipasa —enzima responsable de almacenar la grasa en el torrente sanguíneo— por lo que resulta fundamental para reducir la grasa acumulada sin que ello incida en la disminución o pérdida de masa muscular —no solo eso sino que se ha demostrado que favorece su ganancia y mantenimiento— y, al ser rico en Omega 3 y 6, contribuye a la eliminación del colesterol de baja densidad; activa el metabolismo de las proteínas por lo que ayuda a absorberlas, regula el metabolismo, equilibra el sistema digestivo y el inmunológico, contribuye a la recuperación muscular después del ejercicio físico y tiene un importante efecto antioxidante y antiinflamatorio.

10la esfingomielina es uno de los principales lípidos estructurales de las membranas del tejido nervioso, se encuentra especialmente en la vaina de mielina que rodea y aísla eléctricamente los axones de las células nerviosas.

11los quilomicrones son lipoproteínas que se forman en las células epiteliales del intestino delgado durante la digestión de los lípidos; constituyen un mecanismo fundamental para el transporte de lípidos, especialmente triglicéridos y colesterol, desde el intestino hasta el resto del cuerpo; relacionados en la producción de energía y el almacenamiento de grasa; una microbiota poco variada favorece el sobrepeso y la obesidad.

12la lipogénesis es la secuencia de reacciones bioquímicas mediante la cual son sintetizados los ácidos grasos de cadena larga para formar triglicéridos o grasas de reserva.

13el efecto termogénico hace referencia a la cantidad de calor que el cuerpo genera para digerir los alimentos que consume acelerando el metabolismo durante la digestión; el cuerpo quema calorías al digerir las proteínas, grasas y carbohidratos que se ingieren y, por lo tanto, una persona nunca tomará el 100% de las calorías que consume al alimentarse.

14cámara especializada de su sistema digestivo que alberga grandes poblaciones de protozoos y bacterias que contribuyen a la digestión de la hierba y los vegetales tan ricos en celulosa que continuamente ingieren; proporciona un ambiente estable y relativamente uniforme de características anaeróbicas, con una temperatura y un pH que propicia las condiciones óptimas para el desarrollo de densas comunidades de estos más que beneficiosos microorganismos.

15los mediadores de la inflamación son todas las moléculas que participan en la regulación del proceso inflamatorio, son como mensajeros que actúan sobre los vasos sanguíneos, células inflamatorias y otras células, e inician y regulan la respuesta inflamatoria del organismo. Intervienen en los estadios iniciales de la inflamación, amplifican y coordinan la respuesta inmunitaria y son los encargados de regular dinámica y activamente tanto la inmunidad innata como la adaptativa, desde su inicio hasta su resolución; cuando la respuesta inflamatoria se convierte en crónica suele deberse una desregulación de estos mediadores.

16fundamentalmente celulosa y lignina que se encuentran en los cereales, salvados y granos enteros; esta fibra es conocida como insoluble porque retiene poca agua, es poco fermentable y, en ese sentido, resistente a la acción de las bacterias de la microbiota; recoge los desperdicios de las paredes intestinales, aumenta el bolo fecal, reduce su consistencia y su tiempo de tránsito; debes saber que hasta mediados del siglo pasado se creía que la fibra no servía para nada y desde la industria alimentaria se empezaron a refinar las harinas, los arroces, el azúcar… para despojarlos de este tan saludable y necesario componente ‘de lo integral’.

17carbohidratos accesibles a la microbiota, MAC, por sus iniciales en inglés; son polisacáridos —carbohidratos complejos formados por un gran número de azúcares simples que se unen entre sí mediante enlaces glucosídicos— que nuestros enzimas digestivos no pueden ‘romper’ y en ese nivel del proceso no pueden nutrirnos; básicamente fibra soluble, hidratable y muy fermentable que permite aumentar la población de bacterias; si la microbiota no tiene acceso a estos carbohidratos, las telegrafistas que generan los mensajes más beneficiosos no pueden sobrevivir ni expandirse y los microorganismos dañinos o agentes patógenos se hacen más fuertes y se apropian del terreno; dentro de los MAC nos encontramos con los almidones resistentesAR —fibra prebiótica por excelencia, ‘resiste’ la digestión y la microbiota se los zampa a todos encantada; favorecen la producción de AGCC como el famoso butirato; ghee, patatas, avena y arroz cocidos y enfriados17.1, plátanos macho, lentejas, semillas, castañas, boniatos, yucas, trigo sarraceno—, los betaglucanos —avena, setas, algas, cebada, centeno, maíz; sus fibras promueven la correcta función del sistema inmune—, la inulina y los fructooligosacáridosFOS —hidratos de carbono de cadena corta; avena y legumbres; ajo, cebolla, tomates, puerros, endivias, rúcula, achicoria, alcachofas, espárragos—, los mucílagos —los fabrican las propias plantas para sí mismas cuando sufren heridas o lesiones; zaragatona, chía, linaza, mostaza, higos, alga agar-agar— y la pectina —se encuentra fundamentalmente en la piel de los tomates y las manzanas, en los arándanos, grosellas, uvas, moras, melones, limones, mandarinas, peras, membrillos, piñas, zanahorias, apios, pepinos, remolachas, frijoles, azukis, garbanzos y lentejas. Dado que cada tipo o colonia de bacterias tiene sus preferencias, aquí toma pleno sentido la recomendación de llevar una dieta muy variada y equilibrada para mantener una microbiota sana y funcional, repleta de bacterias antiinflamatorias, de las ‘buenas’ que producen más AGCC, de las eficientes telegrafistas, de las que están siempre dedicadas a proteger a nuestro organismo de las agresiones externas, de las que controlan el crecimiento y mantienen a raya a la población de bacterias ‘malas’ —asociadas a la inflamación, al síndrome metabólico, a la resistencia a la insulina, a la obesidad, etc.

17.1cocinar y enfriar el arroz, la pasta y las patatas, no solo los cualifica para ser MAC y los convierte en alimentos de menor índice glucémico sino que, para las personas diabéticas o interesadas en cuidar su ingesta de carbohidratos o su peso, resulta una técnica favorecedora para contribuir a regular sus niveles de glucosa y además disminuye el aporte calórico del plato; lo ideal es dejar enfriar estos alimentos un mínimo de 24 horas, conservados en nevera a unos 4oC; repetir la práctica ‘calentar-enfriar’ mejora la calidad de los MAC; después, tanto el arroz como las patatas y la pasta pueden consumirse fríos, a temperatura ambiente o calientes.

18los metabolitos son las moléculas resultantes de la fermentación; el término en general se refiere a cualquier sustancia producida durante el metabolismo —conjunto de reacciones químicas que, partiendo de lo que ingerimos, efectúan las células con el objetivo de sintetizar o degradar sustancias; se trata de la digestión y procesos químicos corporales.

19el colonocito es la célula que recubre el epitelio del intestino grueso o colon; las células epiteliales del intestino delgado son los enterocitos que tapizan toda la superficie interna del intestino y llegan a representar el 80% del total de células intestinales; estas células epiteliales cumplen funciones de barrera biomecánica, bioquímica e inmunológica en simbiosis con la microbiota. 

20los electrolitos son minerales presentes en la sangre y otros líquidos corporales que llevan una carga eléctrica; condicionan el funcionamiento del organismo en lo que respecta a la retención de líquido, la acidez o pH de la sangre, la función nerviosa y muscular, etc.; los más comunes son: calcio, cloruro, magnesio, fósforo y potasio.

21la glucogénesis o GNG es la formación de glucosa a partir de sustratos no glúcidos como parte de la respuesta al ayuno: aminoácidos, lactato y glicerol; su activación tiene efectos beneficiosos sobre la glucosa y la homeostasis energética.

22la homeostasis es el proceso de regulación de los niveles hormonales que consigue que el organismo pueda funcionar con normalidad.

23la apoptosis es para la célula maligna una ‘invitación al suicidio’; se trata de una muerte celular programada; este proceso se deshace de las células que han sido dañadas irreversiblemente.

24.ael metabolito propionato activa la gluconeogénesis intestinal(IGN) —se ha demostrado que, al igual que el hígado y el riñón, el intestino puede liberar glucosa a la sangre; simultáneamente el SNE detecta la glucosa intestinal liberada e informa al cerebro de que la tiene asegurada y a disposición con lo que se produce la homeostasis energética y queda regulado el comportamiento relacionado con el estrés—, la glucosa viaja por la vena porta a gran velocidad y al ser detectada provoca una reducción de la ingesta, evita la acumulación de tejido adiposo porque disminuye la sensibilidad a la insulina del adipocito y permite que los músculos utilicen el exceso de glucosa, con lo que su hospedador —o sea tú— se beneficia de un mejor rendimiento físico y de una regulación de peso y grasa corporal.

24.bel metabolito acetato propicia el crecimiento de las bacterias productoras de butirato y desempeña un papel fundamental en la regulación del apetito de su hospedador, de hecho, cuando cruza la barrera hematoencefálica se acumula en el hipotálamo y promueve la sensación de saciedad; como apuntaba, ingerir carbohidratos complejos provee de fibra soluble a las bacterias sacarolíticas que son capaces de fermentar y producir más AGCC y, a su vez, estos metabolitos regulan y propician el crecimiento de diferentes poblaciones bacterianas; la diversidad de colonias de microorganismos sanos no solo favorece la salud intestinal sino que mejora la salud nerviosa e inmunológica de su hospedador; los AGCC incluso controlan la proliferación de organismos potencialmente patógenos como la Escherichia coli, las bacterias Campylobacter y la Salmonella.

25el GABA o ácido gamma-aminobutírico es un aminoácido y neurotransmisor que controla la excitabilidad cerebral y las fases ansiedad-calma favoreciendo la relajación y el sueño; su déficit está muy asociado a la depresión; estudios realizados en modelos animales demuestran que una microbiota pobre y poco diversa reduce la calidad y la duración del sueño; asimismo, en humanos, se ha comprobado que una alteración en los ritmos circadianos de sueño-vigilia también produce disbiosis o alteración de la microbiota intestinal señalando, de nuevo, esa bidireccionalidad del Eje Intestino-Cerebro; en investigaciones psiquiátricas recientes se está empezando a abordar la necesidad de prescribir ‘cócteles de bacterias saludables’ o psicobióticos a pacientes afectados de insomnio, ansiedad, depresión, trastorno bipolar…

26el nervio vago forma parte de la vía parasimpática del SNA, nace en el tronco encefálico, baja y se extiende a lo largo del cuerpo por el cuello, tórax y abdomen, y termina en el colon; maneja información sensorial y motora e inerva los principales sistemas del cuerpo; regula el estado de ánimo, el comportamiento, la digestión y la respuesta inmune; algunos virus y proteínas pueden viajar por él y llegar al encéfalo; estudios científicos han demostrado que su estimulación es positiva para el tratamiento del dolor crónico e incluso de la depresión; sus terminaciones nerviosas captan la información que emana de la microbiota intestinal y la transmiten por la vía rápida al cerebro.

27se ha observado que los niveles elevados de butirato contribuyen a mejorar la calidad del sueño facilitando el desarrollo y el alargamiento de las fases clave que más favorecen a la regeneración y al descanso.

28se ha comprobado que la alteración del sueño disminuye la sensibilidad del organismo a la insulina y este factor puede propiciar un aumento de peso que desencadene en obesidad; además, algunas patologías neurológicas también surgen a raíz de enfermedades intestinales —SII, Crohn, colitis ulcerosa— que, frecuentemente, comienzan con una alteración del sueño denominada Trastorno de Conducta del sueño fase REM.

29el magnesio facilita el desarrollo normal de la actividad cognitiva, favorece la concentración y el sosiego —muy recomendado en casos de hiperactividad—, propicia el descanso nocturno, reduce el cansancio y la fatiga, contribuye a la buena circulación sanguínea y a la relajación muscular y actúa sobre los calambres, resultando incluso eficaz en el alivio/erradicación del síndrome de las piernas inquietas(SPI).

30durante este simple y pequeño proceso casero de oleación ayurvédica —saturación de aceite— que te recomiendo, el ghee, al ser ingerido en ayunas durante unos días seguidos, impulsará a tu cuerpo a utilizar la grasa acumulada como combustible; si deseas sacar el máximo partido a esta particular oleación, durante el resto de la jornada, minimiza la ingesta de grasa limitándola al propio ghee y maximiza el consumo de fibra soluble y proteína vegetal obtenida a partir de la combinación de legumbres y arroz para mantener a tu organismo en el metabolismo de las grasas: permitirás que el exceso de grasa acumulada y las toxinas liposolubles almacenadas en ella sean movilizadas y, a su vez, los sedimentos hepáticos y biliares sean adheridos y arrastrados hacia fuera del cuerpo gracias a la acción de la fibra; en un estudio realizado, después de una ingesta continuada de 7 días de ghee con una dieta de limpieza ayurvédica, los investigadores observaron una reducción del 48% de tóxicos medioambientales y del 58% de pesticidas en el cuerpo de los que participaron en comparación con el grupo de control. Si necesitas perder peso de manera saludable y mantenerte, cambiar tus hábitos alimenticios, o asesoramiento para mejorar tu alimentación y nutrición, te recomiendo mis programas de Coaching.

31el limón es una fuente de potasio, vitamina C —implicada en la síntesis de colágeno, procesos de cicatrización y sistema inmune; gran poder antioxidante contra el fotoenvejecimiento, favorece la luminosidad de la piel—, ácidos orgánicos —en la pulpa: cítrico, málico, acético y fórmico; potencian la vitamina C y gozan de un gran poder antiséptico—, fibra soluble —pectina bajo la corteza: ↓colesterol ↓glucosa ↑microbiota— y flavonoides —bajo la piel y en la pulpa; venotónicos y vasoprotectores, antiinflamatorios, analgésicos, diuréticos, antihipertensivos; su acción junto con la vitamina C ↑linfocitos— como la hesperidina. Aunque es ‘ácido’ sus características electroquímicas lo convierten en un producto alcalinizante/regulador del pH transformando, en el estómago, el ácido cítrico en citrato con sus correspondientes efectos alcalinizantes en sangre —contra la acidificación; cuida de los riñones y reduce la producción de cálculos renales por su efecto quelante—, favorece la digestión, la absorción de nutrientes y la detoxificación estimulando la secreción de jugos gástricos, favorece ↓peso ↓grasa; su fragancia y aceites esenciales ↑energía ↑ánimo ↓depresión. Resulta excelente combinarlo en ayunas con el ghee por, como has leído, sus ‘milagrosas’ propiedades y porque es un alimento que actúa como tónico, antiácido, rejuvenecedor y emoliente; el ghee es un maravilloso biopotenciador —aumenta la biodisponibilidad de los nutrientes que se ingieren con él; por ello, es el perfecto vehículo transportador de aquellos nutrientes que son difíciles de asimilar y de trasladarse desde el intestino al torrente sanguíneo; en la Ayurveda es un alimento-medicamento de cabecera por sus propiedades yogavathi —potencia las cualidades de los remedios herbales que se prescriben como medicación ayurvédica.


, , , ,