Érase una vez, durante un anochecer de crudo invierno, un pequeño y travieso inuit1 que, resguardado del frío en el tepee2 familiar 🏕, se dispuso a aplastar a una arañita que se ocultaba replegada en sí misma, entre costuras, bajo una de las rendijas… Su madre, al percatarse, con prontitud agarró fuertemente al niño y así lo detuvo salvando in extremis la vida de la cría-insecto. Fue entonces cuando mamá araña, que había estado observando la dramática escena desde demasiado lejos para poder intervenir, en agradecimiento ante tal empático acto, tejió para la mamá humana una bella red dentro del aro de sauce, tendones, piel y plumas que lucía en su pecho, para proteger también a su hijito contra el mal que acecha, especialmente cuando se pone el Sol, a todas las criaturas de la Tierra. Su red, suspendida sobre la cama del bebé, cobraría cada noche vida convirtiéndose en un diligente atrapa-sueños que velaría sin descanso para dejar pasar las divinas vibraciones cósmicas por su centro y, hábil e inteligentemente, capturar todas las energías negativas y los malos espíritus para exponerlos y entregarlos cada amanecer al astro rey del Universo, el Sol, con el fin de que los inunde con su Luz extinguiendo, de este modo, la oscuridad y el mal de la vida en el Planeta.

Cuenta, la tradición tribal canadiense, leyendas e historias semejantes a esta que acabo de narrarte, para explicar la aparición ancestral de los dreamcatchers0 en su cultura. Tal y como explicaba María Alma a Jillian, durante sus largas noches en vela, es gracias a la transmisión oral intergeneracional de la vasta mitología de estas sociedades humanas, las que realmente fueron las primeras naciones de las tierras norteamericanas, que se ha constatado que la creación de los atrapa-sueños se remonta a tiempos prehistóricos y que su uso, contrariamente a la opinión ajena, nunca ha sido estético sino terapéutico.

En mitologías vecinas, como por ejemplo la nación de los Anishinaabeg, era Asibikaashi, la Mujer Araña, quien tejía su red a diario, justo antes del amanecer, capturando la Luz de los primeros rayos de Sol a través de las gotas de rocío que se posaban en ella y ofreciéndosela a su pueblo como símbolo protector y benefactor para el nuevo día. Cuando los Anishinaabeg pasaron de estar concentrados mayoritariamente en las Turtle Mountains a dispersarse a lo largo y ancho del continente y sus miembros se organizaron en otros clanes como los Naakowe, Mississauga, Odishwaagaamii’ininiwag, Amikwaa, Boodiwaadmi, y los Ojibwe, sucedió que, Asibikaashi, la Mujer Araña, no daba abasto y no podía llegar a tiempo de tejer tanta tela y extender todo su lienzo antes del amanecer… fue entonces cuando explicó la técnica para la elaboración del dreamcatcher a todas las mujeres a fin de que, cada mañana, al despertar el día, continuaran con la labor de tejer sus redes mágicas para proteger y proveer de maravillosas oportunidades de vida a sus bebés y a sus seres más queridos, y guardarles de los malos sueños y los entes malignos que pululan por los umbrales de la conciencia y pueden hacerse fácilmente con el control del alma durante su tránsito extracorpóreo en la oscura noche.
En el idioma Ojibwe, el dreamcatcher se designa con la palabra asabikeshiinh, que es la forma inanimada de la araña, o con la frase bawaajige nagwaagan, que significa ‘una trampa para los sueños’. Así, sus bawaajige nagwaagan capturan los giiwanaadingwaam, es decir los malos sueños y pesadillas, y permiten a diario el paso de bawaajigan, sus sueños, pensamientos espirituales y visiones iluminadas, para que ocurra el milagro bawaajigewin, que es la acción de tomar un sueño y convertirlo en algo que se puede ver en la vida real, convertirlo en una realidad constatable.

En el caso de los principales enemigos3 de los Ojibwe, los Lakota4 o Teton, que en realidad eran tribus de la familia Sioux que se desplazaron por las praderas hacia el Oeste, fue al anciano líder espiritual, que se encontraba meditando en lo alto de la cima de una montaña, a quien se le presentó el pícaro y gran maestro de sabiduría Iktomi en forma de arácnido y le empezó a hablar en el lenguaje sagrado que solo los líderes espirituales entienden. Iktomi tomó el aro de sauce, pelaje de caballo, plumas, cuentas y ofrendas que el líder espiritual llevaba colgado de su cuello y empezó a tejer, desde fuera hacia adentro, una maravillosa red mientras le explicaba al chamán cómo era en realidad y cómo se desarrollaba el ciclo de la vida en el Universo; al llegar al centro del aro, Iktomi dejó un agujero y le explicó que había tejido ese círculo perfecto para ayudar tanto a él mismo como a toda su nación a hacer un uso también perfecto de sus visiones, sueños, pensamientos e ideas para alcanzar todas sus metas en pos del crecimiento espiritual de la humanidad. Le dijo: ‘Viejo… si crees en el Gran Espíritu, la red atrapará las malas ideaciones y canalizará, permitirá fluir, los buenos pensamientos, las bondades de tus aspiraciones, por el agujero central que te conecta con el Universo; así el dreamcatcher filtrará sueños y visiones y se convertirá en el guardián del destino de tu… de vuestro… futuro’. El líder espiritual de los Lakota transmitió la visión que el gran maestro de sabiduría Iktomi le ofreció a su pueblo, y ahora los Sioux tejen y confían a la red de sus atrapa-sueños el devenir de sus vidas porque es precisamente en ella donde saben que se encuentra su destino.
En otras sociedades indígenas norteamericanas, la antepasada común que combinó los diferentes elementos del dreamcatcher fue la Araña Abuela que solía dar largos paseos por las praderas, y en una de sus travesías llegó tan lejos que le sobrevino la noche y pudo contemplar, maravillada, la Vía Láctea ante sus ojos. Descansando bajo el esplendoroso cielo nocturno ideó y tejió la primera red de sueños para interceptar los malos sueños provenientes de la oscuridad y dejar penetrar la inspiración divina que emanaba luminosa del Universo protegiendo, de este modo, la Tierra, la vida, el destino y, en el sentido más amplio de la palabra, los sueños de la humanidad. En otras culturas, el atrapa-sueños retenía en su tela los presagios de buenos augurios, las mejores visiones del ser dormido y, por el contrario, apartaba de la conciencia y dejaba marchar por su agujero central todo aquello que era nocivo o potencialmente peligroso para el soñador. Algunas naciones, por otro lado, compartían la creencia de que el alma, por las noches, quedaba reposando en su dreamcatcher, el cual tenía la función de prevenir su divagación por la oscuridad y el mundo onírico, y lo colgaban especialmente ubicado en la cama de los moribundos para que, sus cuerpos, cuando el alma estuviera descansada, la pudieran recuperar.

Aunque el dreamcatcher, en algunas tribus, podía adoptar la forma de una lágrima por representar a una gota de rocío en la telaraña que captura a diario la luz solar y quema con ella las malas energías, generalmente, las chamanes y también los artesanos nativos que los comercializan, suelen hacerlo redondo porque representa simbólicamente el círculo de la vida a través del viaje diario del Gran Padre Giizis6, el Sol 🌞, y también la Gran Madre Luna 🌕, por el cielo. Su aro acostumbra a ser cuidadosamente elaborado con ramitas de sauce, y la red diseñada a modo de telaraña originalmente era confeccionada con tendones de animales o cordón de tallo de ortiga, desde fuera hacia adentro, y dejando siempre un espacio vacío justo en su centro para que puedan fluir libremente la energía cósmica y las buenas vibraciones hacia el ser durmiente, y el resto de ‘material’ quede completamente atrapado por la red. El número de anclajes de la red al aro es 8 por el número de patas de la araña o 7 por las Siete Profecías o los Siete Fuegos7. En lo que respecta a las plumas8…

Las de búho (ser femenino, sabiduría) o de águila (ser masculino, valentía) son las encargadas de llevar suave y sutilmente a la consciencia de la persona durmiente, mediante el aire o el aliento cósmico, los buenos sueños, visiones, inspiraciones, representaciones… que pasan libres por el centro del dreamcatcher. Respecto a la adición más moderna de cuentas, si hay solamente una cuenta representa a la Madre Araña que lo ha tejido, y si hay varias cuentas representan los malos sueños, las malas vibras, los espíritus malignos atrapados en los pegajosos hilos de la telaraña que serán quemados con los primeros y más puros rayos solares de cada amanecer; en cuanto a las puntas de flecha, también añadidas más recientemente en el tiempo, suelen adicionarse apuntando a los 4 puntos cardinales para que el ímpetu del viento confiera mayor fuerza y protección al poseedor del atrapa-sueños.

Y es que los sueños siempre han conmovido a sus soñadores. El misterio de su presencia, su causa, su posible efecto… siempre han sido objeto de análisis y de estudio a lo largo y ancho de la historia de la humanidad.
De hecho, en muchas civilizaciones antiguas, los sueños ocupaban un lugar privilegiado en la vida de las personas, gozaban de pleno significado, eran interpretados y ofrecían información muy clara a los ‘soñadores’ en forma de vaticinios, profecías, mensajes… La pureza de la fuerza espiritual, el propio nombre, el objetivo vital de cada uno o la especialización de los miembros de estas sociedades, generalmente aparecían en momentos de tránsito, de meditación profunda, de descanso nocturno… El hecho de reunirse y compartir con los demás componentes del grupo los propios sueños y visiones cohesionaba, educaba, prevenía y, en definitiva, construía comunidades inteligentes emocional, intelectual y espiritualmente, construía comunidades sólidas, habilidosas, eficientes, conocedoras y familiarizadas con la existencia real del mundo místico y capaces de liderar su propio destino.
En los sueños y las visiones suelen aparecer los rasgos más puros y virtuosos de los ancestros, los propios valores y potenciales, los animales y seres totémicos atribuidos a cada persona, los destinos de los descendientes, el papel clave de la Tierra como sustentadora del crecimiento de cada civilización… Y todas estas culturas, conocedoras de la importancia de los sueños y visiones para el crecimiento individual y colectivo, empezaban por proteger a sus niños con los dreamcatchers a fin de que, al entrar en la oscuridad de la noche y permanecer en ese espacio onírico durante el sueño, recibieran una conexión pura y luminosa con su espíritu, con su mente subconsciente, ‘atrapando’ no solamente las pesadillas sino también los malos sueños con todos los elementos perniciosos que contienen, y dejando pasar libremente los buenos sueños, la inspiración, el aliento cósmico revelador de sus caminos y de sus destinos. Así pues, los bebés, al estar mucho tiempo al día en su cunita observando las plumas voleando al aire, jugando con ellas y dormitando, eran los lógicos y principales receptores de estos amuletos protectores —que después seguían usando de adultos, en muchas ocasiones, ya a modo de talismán— y aprendían lecciones sobre los misterios de la existencia a temprana edad gracias al tránsito diario de unos símbolos, visiones, pensamientos y sueños, que llegaban perfectamente filtrados a través del agujero-centro de la red y protegidos por esta tela tejida especialmente para aniquilar, cada amanecer y con los primeros rayos del Sol, todas las energías negativas y los malos espíritus atrapados en ella durante la oscura noche.


A propósito de las intrincadas y brillantes redes tejidas incansablemente por las arañas que puedes contemplar, si sales muy temprano al campo, repletas de gotitas de rocío iluminado por el sol… Y en homenaje a su participación en la historia mística de los dreamcatchers…

Te dejaré, para que puedas filosofar y te luzcas 🤩 un ratito bien a gusto delante de tus colegas, con unas palabras del sabio y pacificador Gran Jefe Si’ahl también llamado Gran Jefe Seattle9, líder de la Nación Duwamish10:

“No tejimos la red de la vida;
Somos simplemente una hebra en ella.
Todo lo que hagamos a la red;
Nos lo hacemos a nosotros mismos”.
🕸🌎🕸
0los dreamcatchers nunca deben ser representados ni comercializados como un genuino artículo indígena canadiense o norteamericano a menos que hayan sido realmente confeccionados por una persona nativa. En Canadá y en los Estados Unidos, existen leyes que protegen a los nativos americanos de los actos de apropiación de su cultura; entre otras cosas, estas leyes prohíben a cualquiera atribuirse o reclamar la autenticidad de un atrapa-sueños si no está hecho por nativos americanos. Esto es así porque los dreamcatchers son más que bellísimas obras de arte; los dreamcatchers tienen un significado muchísimo más profundo que se remonta a las antiguas profecías de los nativos y a un poder ancestral de sanación.
1pueblo indígena comúnmente conocido como esquimal; junto con las First Nations y los Métis, uno de los 3 grupos reconocidos por la Constitución de Canadá como los auténticos nativos, los primeros pobladores, de las zonas árticas y Norte América. Tan solo hace unos pocos años, en 2008, Canadá creó la Comisión por la Verdad y la Reconciliación, y reconoció abierta y públicamente las injusticias cometidas contra los pueblos originariamente naturales y constitucionales de su país. En 2019, el Gobierno de la British Columbia aprobó, tal y como le llevaba años requiriendo la Comisión por la Verdad, la primera ley para implementar la Declaración de la ONU de 2007 sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas —adoptada actualmente por 148 naciones— con el fin de reconocer y respetar la cultura de los primeros pobladores, y crear planes de acción que la preserven y les permitan construir un futuro mejor.
2tienda de forma cónica elaborada con pieles de animales y algunas ramas gruesas que era utilizada por los nativos de las praderas norteamericanas como vivienda.
3su enemistad era provocada principalmente por los conflictos surgidos en su disputa por los territorios de caza y acceso al comercio por la cuenca del Mississippi.
4Sioux que pertenecen a la familia lingüística Siouan y a la cultura de los nativos de las llanuras; tanto los Lakota, como los Dakota, como los Nakota son identificados por el nombre de su dialecto; en los tres casos, el nombre de su tribu significa amigo.
5oriundo de Costa Rica o costarricense.
6en Ojibwe: el Sol 🌞, la Luna 🌕, y período aprox. 1 mes.
7el origen de los dreamcatchers se atribuye a los Ojibwe gracias a la gran labor desarrollada por la historiadora norteamericana del siglo XIX Frances Densmore, quien estudió e investigó durante años la música nativa, su artesanía y costumbres. Frances descubrió que mientras las mujeres tejían los dreamcatchers para sus hijos, la comunidad reflexionaba y meditaba acerca de la vida, se transmitían historias místicas, conocimientos ancestrales, leyendas proféticas… Una de las leyendas clave en la historia de las primeras naciones norteamericanas y que se tiene muy presente en la confección de los dreamcatchers fue la de los Siete Fuegos, originada por la venida —en épocas de auténtica bonanza y de gran respeto y devoción por la Madre Tierra— de 7 profetas a la costa atlántica, quienes dieron al pueblo Ojibwe las Siete Profecías; entre ellas, la fatídica llegada de hombres con el rostro ‘pálido’ —en comparación con el tono de su piel— que les arrebatarían sus bienes y sus hogares y propiciarían la explotación y la devastación de la Tierra; aún así, ante esa total destrucción, los profetas vaticinaron que nacerían nuevos pueblos y encontrarían la manera de transmitir la estima por la Madre Tierra y la sabiduría de los ancestros. Las Siete Profecías fueron recibidas y contadas o ‘versionadas’ por la mayoría de sociedades indígenas como, por ejemplo, la de los Cherokee, quienes elaboraban complejos dreamcatchers basados en la numerología.
8actualmente, cuando los atrapa-sueños son confeccionados por los nativos con fines comerciales, se aplican restricciones en cuanto al uso de plumas auténticas de búho 🦉 y de águila 🦅 porque existen leyes canadienses que protegen a estos animales. En estos casos, las plumas naturales son sustituidas por plumas artificiales o bien por una piedra preciosa colocada estratégicamente en el centro del dreamcatcher, para que sea la encargada de filtrar y hacer llegar al ser durmiente las bondades cósmicas para su nuevo día.
9el nombre de la actual ciudad de Seattle, en realidad, es un anglicismo del nombre de Si’ahl (1780-1866), sabio y pacificador Jefe de las tribus Duwamish y Suquamish. Si’ahl nació junto al río Black River, en lo que hoy en día es la ciudad de Kent, condado de King, estado de Washington, EE.UU.
10la nación Duwamish ha vivido en el área de Seattle desde tiempos inmemoriales. Sus miembros relatan historias de los ancestros que datan de la última Edad de Hielo cuando un gran bloque de hielo se desprendió sobre el río Duwamish. Fue la primera nación adscrita al Tratado de Point Elliott, firmado en 1855 por el Gran Jefe Si’ahl. En la actualidad, su Casa Comunal se ubica al otro lado de la calle donde se encontraba uno de sus pueblos más grandes antes de que los colonos lo incendiaran en 1895.
11good dreams son buenos sueños / bad dreams son sueños malos.